Tener una piel sensible es totalmente evitable, Con los cuidados adecuados y una rutina adaptada, conseguirás una piel más cómoda y bonita. No siempre es fácil tener una piel sensible. Más reactiva que las demás, te lo recuerda todos los días; se tensa, hormiguea, se calienta o incluso se ruboriza ante los cambios de temperatura, cuando intervienen la contaminación, el estrés o cualquier otra agresión externa. Y cuando un producto de belleza no es el adecuado, se vuelve intolerante.
Si todo esto se te hace familiar, sin duda tienes la piel sensible. Para cuidar tu delicada piel puedes confiar en limpiadores y cremas especiales que la protegerán y devolverán tu comodidad. La meta siempre es sentirte bien contigo.
LO QUE SE DEBE Y NO SE DEBE HACER AL ELEGIR SU CUIDADO
Ya sean cremas, sueros o incluso productos de limpieza, prioriza los tratamientos:
- Formulados y probados en pieles sensibles
- Neutros, con el mínimo de componentes, sin perfume, sin tensioactivos, etc.
- Enriquecidos con activos calmantes o anti-rojeces (como agua termal, caléndula, aloe vera)
- Con ingredientes de origen natural
- Con una textura reconfortante
Por el contrario, evita:
- Productos enriquecidos con irritantes activos (como ácidos de frutas o retinol)
- Aceites esenciales
- Limpiar la cara con jabón de olor y agua del grifo
- Tratamientos o geles limpiadores espumosos, ya que son demasiado agresivos para pieles sensibles.
¿Sabías que la piel sensible no es un tipo de piel? Por lo tanto, puede (además de ser sensible) ser también aceitosa, seca o mixta. La recomendación de los dermatólogos es tratar la sensibilidad primero antes que cualquier otro problema.
LA RUTINA ADECUADA PARA EL CUIDADO DE LA PIEL
Limpia tu piel sensible
Este es el primer paso para cuidar una piel que literalmente no resiste nada. Opta por un desmaquillador que elimine suavemente el maquillaje y las impurezas de tu piel. ¿Los productos adecuados? Aceites o leches limpiadoras especialmente formuladas para pieles sensibles. Evita la fricción que pueda atacar a tu piel y realiza la aplicación con los dedos. Termina la limpieza de tu piel con un spray de agua termal o una loción floral y luego retira el exceso dando pequeños toques con un pañuelo.
Hidrata tu piel sensible
Para luchar contra las señales de malestar debes ayudar a la película hidrolipídica a proteger tu delicada piel. Para lograrlo, los tratamientos hidratantes o nutritivos son tus mejores aliados. Al momento de elegirlos fíjate bien en la etiqueta y opta por fórmulas enriquecidas con activos calmantes. Aplica tu crema por la mañana y por la noche después de limpiar tu rostro, y en caso de que necesites mejorar la hidratación de tu piel, aplica una mascarilla una vez a la semana.